¿Te has preguntado alguna vez como es moverse por un espacio cuando no podemos verlo? Para las personas con discapacidad visual, la forma de entender el mundo se basa principalmente en el tacto y la percepción háptica.
En este sentido, los planos hápticos juegan un papel fundamental a la hora de promover la accesibilidad en los diferentes espacios arquitectónicos, desde edificios hasta parques y áreas urbanas.
Los planos hápticos son esquemas con altorrelieve diseñados específicamente para ser tocados. Al proporcionar información táctil, complementan la experiencia sensorial de un determinado espacio y orientarse sin dificultad.
Gracias a ello, es posible crear entornos inclusivos que permitan a todas las personas vivir, trabajar y disfrutar de su entorno de una manera más independiente.
Consejos para la elaboración de planos hápticos
Para garantizar la utilidad y la accesibilidad de las personas con discapacidad visual, es necesario tener en cuenta una serie de aspectos importantes a la hora de elaborar planos hápticos
- Diseño centrado en el usuario
Es imprescindible que el diseño de los planos hápticos siempre se centre en el usuario, lo que implica no solo tener en cuenta las necesidades y habilidades.
¿Cómo se sentirán al tocar el plano? ¿Qué información les resultará más útil y comprensible? Estas son algunas de las preguntas que deben servirnos de guía. - Selección de materiales adecuados
La elección de los materiales también es un aspecto fundamental en el diseño de planos hápticos. Estos deben ser duraderos, seguros y capaces de transmitir información táctil de manera clara y precisa. El altorrelieve debe ser lo suficientemente prominente como para ser percibido fácilmente al tacto, pero no demasiado abrupto como para resultar incómodo o confuso.
Los materiales plásticos y resistentes como los paneles de PVC, de aluminio o panel sándwich de suelen ser la opción más habitual, pero también podemos usar otras opciones más naturales siempre y cuando cumplan con los criterios de accesibilidad necesarios, como la madera o la cerámica. - Contraste y legibilidad
Un diseño claro y bien estructurado no solo mejora la interpretación del plano, sino que también reduce la posibilidad de confusión por parte del usuario. Por eso, para facilitar la percepción táctil de los planos hápticos, los elementos elevados deben contrastar claramente con el fondo.
En este sentido, el contraste es fundamental. Pero también es importante tener en cuenta la textura y el brillo de los materiales utilizados. Además, debemos asegurarnos de que los detalles del plano puedan diferenciarse fácilmente y que estén dispuestos de forma lógica y comprensible. - Tamaño y escala adecuados
El tamaño y la escala del plano también son aspectos fundamentales. Es importante encontrar un equilibrio entre la cantidad de información proporcionada y la facilidad de uso del plano.
Hay que tener en cuenta que un plano demasiado grande puede resultar abrumador y difícil de manejar, mientras que uno muy pequeño puede limitar demasiado la cantidad de detalles que se pueden incluir, disminuyendo su utilidad. De esta manera, la ONCE recomienda una medida máxima de 80x60cms siendo la medida recomendada de 60×45 cms. - Accesibilidad universal
Aunque los planos hápticos están diseñados específicamente para personas con discapacidad visual, es importante recordar que la accesibilidad es algo que nos beneficia a todos. Un diseño inclusivo tienen en cuenta las necesidades de diferentes perfiles de usuarios, incluyendo aquellos con discapacidades temporales o situacionales.
Por eso, a la hora de diseñar planos hápticos, es recomendable adoptar un enfoque de diseño universal que beneficie a la mayor cantidad de personas posible. De esta manera, no solo se promueve la inclusión y la igualdad de oportunidades, sino que también la experiencia es más positiva para todos los usuarios, independientemente de sus capacidades físicas o sensoriales. - Integración con tecnología
La tecnología es una herramienta muy útil para mejorar de la accesibilidad y la usabilidad de los planos hápticos. Eso sí, la tecnología nunca debe ser un reemplazo, sino un complemento. Un medio para mejorar la accesibilidad, no un obstáculo.
Por ejemplo, el uso de aplicaciones de diseño asistido por ordenador permite una mayor precisión y detalle, lo que garantiza una experiencia más comprensible para los usuarios.
Además, la incorporación de elementos interactivos, como etiquetas en braille o dispositivos táctiles, puede ayudarnos a proporcionar información extra de manera accesible.
Sólo así, es posible crear entornos más inclusivos y accesibles para todas las personas, independientemente de sus capacidades físicas o sensoriales.